lunes, 3 de agosto de 2009

¿PRESERVANDO O DESTRUYENDO EL BARRIO ANTIGUO?



La ciudad de Monterrey fue fundada allá por el año de 1596 y desde ese entonces hasta finales del siglo XIX su desarrollo fue tomando forma, a inicios del siglo XX la ciudad alcanza su verdadero rango de importancia en el país.




El llamado primer cuadro de la ciudad fue dando paso al auge comercial que requería una ciudad en pleno crecimiento. A finales de la década de los 70’s el centro de Monterrey se transforma y se crea la Macro Plaza que hoy da personalidad a esta gran ciudad.
En su fundación se asentaron en esta céntrica zona las primeras familias y
se construyeron hermosas casas de bellas fachadas y arquitectura colonial que dio rostro de modernidad a esta gran ciudad.

Hoy las cosas son distintas, el Barrio Antiguo dejo de ser una zona habitacional para convertirse en lugar donde abundan los Antros, Bares y algunos restaurantes. Sin duda el Barrio Antiguo es sinónimo de diversión, de noches largas recorriendo las calles donde igual puedes encontrar música electrónica que salsa, donde pides una copa o cenas con amigos, hay para todos los gustos, hay de todo y para todos. Hay también desinterés por parte de las autoridades de gobierno al dar permisos a diestra y siniestra. Lo que se pretendía en sus inicios era preservar el legado histórico de la ciudad y sin embargo han permitido que se destruyan valiosas construcciones para dar paso al giro puramente comercial.
http://www.milenio.com/node/115562
Bien dicen que un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro. A Monterrey y al Barrio Antiguo se les está viniendo su historia encima, y lejos de realizar esfuerzos por conservarla, a los regios parece no importarles. En opinión de Ángel Antonio Garza, director del departamento de Arquitectura del Tecnológico de Monterrey, no hay tiempo que esperar para pensar en una rehabilitación de ese sector emblemático de la ciudad.
http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=23491
En este estudio comparativo, el abogado Mariano Núñez González expone los casos del Cerro del Obispado y el Barrio Antiguo, ambos protegidos por la ley y que sin embargo enfrentan la sobre crisis urbana, urbanización y sobre urbanización.
http://www.mexicodesconocido.com.mx/notas/6310-
Historia, tradición y leyenda, eso ha sido el Barrio Antiguo a través de los siglos. Su significación y rescate restituirán a Monterrey este bello girón de su pasado.
http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=296258
Cualquier edificio antiguo, ya sea con características coloniales o prehispánicas, debe ser sumamente cuidado y restaurado, como la zona del
Barrio Antiguo, pues representa la historia de Monterrey, indicó el arqueólogo José Humberto Gómez Rodríguez
http://impreso.milenio.com/node/8125556
Según el INAH El Barrio Antiguo se está convirtiendo en una zona peligrosa, debido a que la mayoría de sus construcciones presentan drásticas y malas intervenciones en su arquitectura, lo que produciría el desplome de las viviendas
Fue a mediados de la década de los 90 cuando se cambió el uso de suelo del Barrio Antiguo, y a partir de ahí fue cuando se generalizó la aparición de bares, restaurantes y oficinas.
La Casa del Campesino, con sus más de 200 años, la antigua calle del Sol, Calicanto. La casona de las águilas doradas, aquella donde se hospedó Venustiano Carranza o muchas otras que lucen en su entrada un escalón de mármol negro de Monterrey, conocido como el mármol del Topo Chico. Las 16 manzanas del Barrio Antiguo guardan una historia peculiar en cada una de sus esquinas y callejones.
http://www.redpatrimonio.org.mx/index.phpoption=com_content&task=view&id=568&Itemid=46

El asunto de la cultura de la restauración, al menos en México, y no dudo que en el resto de Latinoamérica es un fenómeno que se ha venido dando de distintas maneras en cada ámbito de nuestra vasta geografía. Existen ciudades como Monterrey donde se ha remozado cierta área (Barrio antiguo) principalmente con fines comerciales, pues estilísticamente el origen vernáculo de la mayor parte de los inmuebles (con alguna excepción) no hace grandes aportaciones al arte, ni la gente que vive allí (en realidad cada vez menos ocupan las propiedades de modo estable) conserva tradiciones autóctonas que pudieran resultar rescatables para la cultura universal, sin embargo, debo resaltar que no por ello el sector deja de representar un conjunto por demás valiosísimo. En este caso, como ya se señaló, salvo contadas excepciones las construcciones han venido a convertirse en antros (forma común de llamar ahora a un concepto híbrido entre bar y disco) con un carácter posmoderno dentro de un contexto muy “retro-romántico“.

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